lunes, 1 de marzo de 2010

tres: la vida es un videojuego

Con la tecnología de la actualidad, toda la realidad del mundo se puede ver pero es una exclusiva de pago por evento.

- Y el silencio destruye todo para volver a existir, dijo un joven bastante drogado al comienzo de la pausa comercial.

- Güey, ¿por qué apagas? Está poca madre ese reality show, respondió el otro igual de malviajado.

- Pendejo, no ves que se quema el edificio de enfrente, ¿o creías que el ruido provenía del televisor? Si no fuera por la droga seríamos unos mirones más, fíjate, estábamos viendo lo mismo, fíjate, es la misma torre de humo.

- Está de puta madre esa fumarola que se eleva entre las dos puntas del sombrero gris, ¿para qué quiere la ciudad un sombrero que no sirve ni para cubrirse del sol? No entiendo.

- Se me antojaron unos cigarros Marlboro, de esos que al oprimir la colilla da una frescura que está de no mames.

- ¿Quieres fumar esas pendejadas con lo bueno que tenemos aquí? Esta mota está jodidamente buena, demasiado buena que aún no me la creo, ¿te imaginas cómo la conseguí sin gastar una fortuna? La intercambié por paquetes de cigarros Lucky Strike que mi papá dejó antes de acabar asesinado en el extranjero.

- Ya, ya, ya, tranquilo, o sufrirás hipertensión por ser bien pinche negativo, mejor vámonos a ver el desmadre que se armó afuera, es mucho más chingón que esperar a que acaben esos anuncios de mierda. Siempre es mejor vivirlas en vivo que verlas a través de esa caja idiota. Dame uno de esos.

- Espérate, encendemos entre la gente y lo fumamos entre los dos. Tengo curiosidad de qué se siente probar una marca que no conozco cerca de un edificio que se caerá antes que el cigarro se agote.

- ¿Neta, jamás probaste esos cigarros?

- No quiero heredar los gustos de mi papá pero ahora no tengo otra opción.

La gente corre, llora, grita, y otras, se lanzan desde lo alto del piso que corresponde a su oficina, los bomberos están atentos no lavarse las manos culpando a los federales de suicidas. El desastre requiere más refuerzos. Arriban ambulancias, otro camión de bomberos. Se retira la primera ambulancia, una mujer embarazada, un anciano y una puberta cayeron intoxicados por acercarse demasiado al fuego. El frío del atardecer es tremendo. Salen heridos los elementos de la inteligencia de la A.F.I.

- Tienes razón, esos cigarros son mejores que los azules, me recuerdan a los Camel extrafuertes que me trajeron de Paris. Me ayudan a sentirme mayor, bien macho.

- Ya que dices eso, estoy pensando que mi vida necesita un fuerte giro.

- También la mía. Es demasiado aburrida, necesito altas dosis de ultraviolencia para causar un mayor efecto en la droga.

- A huevo, chócalas carnal. No tenemos que trabajar, sólo matar.

- Y empezar a drogarnos mientras el mundo se mata entre sí por un gramo de nuestra mercancía.

- Hacer de los edificios incendiándose nuestro hábitat natural.

- Sacrificar sicarios con indiferencia como si fueran piezas de ajedrez.

- Envenenar de ira la sangre del presidente nacional al frustrarle todos sus intentos de exhibirnos como presas de su fallida campaña antinarco.

- Morirnos de la risa por la recompensa que ofrecen por nuestras cabezas, esas divertidas cifras que rebasan los ocho dígitos que ni siquiera alcanzan a formar una milésima parte de nuestra fortuna.

- Salir en la lista de Forbes como los hombres más ricos y poderosos del mundo.

- Importar mujeres exóticas de Europa Nórdica, Sudamérica, África, Asía y Cuba. Al acabar el coito, asesinarlas en el interior de los autos último modelo para incriminar al gobierno federal a nivel internacional.

- Ser los fundadores de la red criminal más grandiosa que jamás ha existido. Nuestro poder no tendrá fronteras.

- Causar la Tercera Guerra Mundial porque los países disputan la oportunidad de capturarnos.

- Hacer de Alejandro Magno, Julio Cesar, Napoleón, Hitler, Díaz Ordaz, Pinochet unos pésimos chistes del pasado.

- ¿Qué te parece si nombramos a nuestro cartel Los Buenos Muchachos?

- Va va va va va, esas mamadas me laten un putero.

Informan que el edificio de A.F.I. de Nuevo León se incendió debido a una inexplicable fuga de gas durante el receso para la comida. Las investigaciones descartan participación del crimen organizado en el incidente. No se reportan heridos por arma alguna, sólo oficiales con quemaduras de segundo grado.

- Están enfermos, necesitan terapia, les grita una señora tras escucharlos.

Nos acaba de llegar otro reportaje de último momento. Asesinan a seis balazos a una señora mayor de cuarenta años a unos metros del incendio que tiene aterrada a los ciudadanos pacíficos de Monterrey. Se sospecha que eran sicarios mandados por un cartel involucrado, pero la policía se negó a ofrecernos más detalles, no obstante, según testigos que entrevistamos, dos sicarios llegaron desarmados fueron insultados por la víctima, para matarla noquean a uno de los policías que formaban el cerco que retenía a la multitud tras la intoxicación de tres civiles que se aproximaron de más y respiraron el humo. Los presuntos autores del crimen están a la fuga, y la pistola robada permanece desaparecida, pero hay indicios en la escena del crimen que revelan cosas perturbadoras. Se trata de dos adolescentes no mayores de dieciséis años. Es un dato alarmante que confirma una vez más que el narco contrata descaradamente a menores de edad abusando de su desesperación por los estragos de la miseria que reina en el país para alistarlos a su ejercito.

Según el psicólogo, cuya identidad ocultamos por su propia seguridad, la pubertad norteña está desesperada más por razones subjetivas que por la pobreza que afecta de manera crítica a los estados fronterizos del norte. La principal causa es el aburrimiento de permanecer encerrados en sus casas por su propia seguridad debido a la creciente ola de asesinatos en las vías públicas.

Nuevas imágenes comprueban lo acertadas que son las palabras del psicólogo. Se hallan pancartas en varios puentes peatonales con la leyenda que raya en lo absurdo. A todo adolescente harto de estar sometido a las reglas de la casa se le invita a formar parte de nuestra comunidad que quiere cumplir el sueño más grande: hacer real el Grand Theft Auto. A todo adolescente interesado...(censurado).

Lamentamos interrumpir su programa favorito. Tenemos un nuevo corte informativo. Padres de familia saturan todas las oficinas de la seguridad pública para declarar la desaparición voluntaria de sus hijos. Crecen las demandas a los portales buscadores de la WEB por difundir el mensaje completo del Cartel Los Buenos Muchachos, principal factor de la escapatoria del hogar de los inocentes mozos. Y a los padres, cuyos hijos que sean fanáticos de todos los videojuegos relacionados con la violencia callejera se les recomienda vigilar constantemente para impedir nuevas tragedias y retirarles por el momento las consolas, según investigaciones, las narcoinvitaciones se difunden por la red de las consolas.

Dejan un narcomensaje en el inmueble del psicologo asesinado. ¿Qué sabes de la adolescencia pinche ruco de mierda? Sólo los chavitos somos capaces de cumplir los sueños. Papis, entiendan que ya no queremos regresar al hogar. Déjenos en paz o mueran por la paz. Los Buenos Muchachos.

***

La contraparte del asunto es indispensable. No hay villanos sin héroes. Las historias no pueden existir sin el antagonismo de sus personajes. El caso es similar pero son otros videojuegos. No a todos los niños les excita matar rusos, cubanos o coreanos. Hay adictos a todos los derivados de S.W.A.T. o C.S.I. o F.B.I. Qué triste panorama, ni un buen videojuego mexicano. No importa, la vida real es la locura mayor. Un policía regresa a casa temeroso que su hijo también esté prófugo, pero tampoco quiere privarle de los videojuegos. No permitiría que su cobardía haga infeliz a su familia.

- Amor mío, ya regresé.

Y no es su esposa quien se acerca sino su primogénito que corre eufórico hacia él, pero no para abrazarlo. Quiere saber cosas que la televisión no informa sobre Los Buenos Muchachos. El progenitor está indeciso, no sabe a ciencia cierta si las dudas de su sucesor es encontrar el paradero de sus ídolos para no fugarse a lo pendejo o es la típica curiosidad del hijo para hacer feliz al padre considerándolo una figura heroica. Mientras su esposa los mira recargada en la puerta de la cocina, sonriente, orgullosa de la familia, comprende que se preocupa de más y suelta la sopa.

- Son chavitos astutos, las nuevas generaciones están ganándole a los viejos.

- No te preocupes papá, las nuevas generaciones también están para ayudar a los viejos. Yo y mis amigos descubrimos a los enemigos.

La verdadera batalla ha comenzado sin que nadie lo sepa. Sólo los edificios derrumbados serán la evidencia de casos insólitos que jamás serán televisados. Niños persiguiendo a adolescentes que matan a los adultos indefensos. Nació el verdadero caos.

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