jueves, 9 de abril de 2009

Nueve

El peligro más débil asecha mientras es asechado por enemigos íntimos. Enemigos que al ser vistos no son vistos sino confundidos con una alucinación fácil de ignorar. Se acercan, el peligro deja de ser peligro por un miedo insospechado. Un miedo que nadie imaginó encontrar ahí, ¿R. tiene miedo? Imposible. R. es dios. ¿Qué temen los dioses? Nos abandonaron siglos atrás porque los aburrimos. Sin temor aburre la vida.
Dispara contra los fantasmas.
Se equivoca, cuestiona, se equivoca consigo mismo, ¿son fantasmas o está perdiendo puntería? Se deja atrapar, si sucede algo, ya no dispara bien. Necesita lentes. Si no pasa nada, mañana cuando despierte, pintará de rojo los agujeros nuevos en la pared. Si sangra la pared, sangran los fantasmas. Fantasmas entran a la habitación heridos por una pared que sangra.
Se equivoca. Destapó por nada la lata de pintura roja, no llegaron las balas hasta la pared. No hay manchas de sangre en el suelo. No fue una pesadilla, hay casquillos vacíos debajo de la cama. Olor a cigarros enmohecidos. A vagabunda que domina brujería. Enemigos íntimos que ponen a prueba la fragilidad de un dios.
Los dioses huyeron, a los dioses no se asesina con muerte sino con miedo. Los fantasmas que ya no tienen nada que perder aterran, son inmunes a la muerte, ya están muertos. Muertos que necesitan la muerte de de su verdugo para descansar en paz. La esquizofrenia, la imaginación, el olvido son venenosos para los dioses.

***

Dispara, dispara, dispara. Aún no te ha olisqueado, nadie sabe que estás aquí. No lo hagas, no lo hagas, no lo hagas. La muerte no está para arrepentirse, es para recuperar a los amigos matándolos mientras duermen. R. no es mi amigo, es mi odio. La muerte no está para el odio, lo lamento, no te conseguiste el boleto al infierno. Lo lamento, aquí no cabe nada, necesitas otra muerte para tener espacio. Para recordar la vida, sentir algo, necesitas matar a alguien para tener espacio. Mátalo, mátalo, mátalo porque te mató.
- Cógeme como nunca antes en tu puta vida.
Los alaridos de la puta consentida de R. ahuyentan a las voces en mi cabeza. Sin embargo, cuando me venga R. me apuntará con su arma. Por callar las voces de mi cabeza desperté a mi víctima, más peligrosa que yo.
- ¿Chulo?
No me matarás. Chulo no muere dos veces, tú te mueres mil veces. Disparos, disparos, disparos, disparos, disparos, disparos, disparos, se escuchan más disparos. Desquiciado vacío mis revólveres. Babeante huelo la pólvora, llorando me empapo las rodillas de sangre. Su sangre. Un dios ha muerto.
Sus subordinados, sus devotos creyentes intentan derrumbar la puerta. No escucho sus voces, las voces de mi cabeza callan las voces de los hombres que intentan derrumbar la puerta. Estoy acabado.
Una puerta blindada es útil para ganar tiempo.
No estoy acabado. Saco mi cuchillo de explorador, la adrenalina calla las voces, realizo sin distracciones una serie de tajos en la piel de R. recordado El silencio de los inocentes. Y soy inocente ante los ojos de los subordinados d R. que creen que yo soy R.
Y se llevan los cadáveres sin rostro. Y yo me quedo con el rostro d R.

***

Los muertos del pasado y los muertos del futuro averiguando algo en su recorrido al presente. A pie recorren ese túnel temporal. Horizontal. La luz blanca entre el mar helado y el cielo negro. Los muertos que vienen al presente para recordar el rostro de R.

Su verdugo.

Sólo los muertos conocieron la idéntidad de R. Dicen por ahí que R. huyó. Dicen los psicólogos que huía de sí mismo. Dicen las viudas embarazadas que huía de arrepentido de haber nacido. Sus esposos quisieron ser héroes en aquel siniestro incidente. Ese día que la seguridad nacional intentó derrumbar un edificio para matar a un joven. El nacimiento de un dios. El principio.

Con miedo se mata a un dios.

1 comentario:

  1. wooow!! Está muy pesada esta entrada. Tendré que pensarle para continuar.

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